Costa Azul, Francia, parte I.

Como os contábamos en la entrada de la Ruta por la Costa Azul y el noroeste de Italia nos decidimos a recorrer esta ruta en coche, ya que llevábamos años pensando en ir. En esta ocasión tuvimos que descartar el viaje a Camboya por motivos personales y nos fuimos un poquito más cerca. Quizá quieras ir directamente a ver Arlés o también puedes consultar la segunda parte de la ruta en Costa Azul parte II y Mónaco. No te pierdas Saint-Paul-de-Vence, uno de los pueblos más bonitos de Francia o Éze, uno de los pueblos más bonitos de Francia.

Día 1 

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Ruta día 1: España – Montpellier

Nuestro viaje comenzaba un viernes en el que ambos trabajamos por la mañana. Los días anteriores nos dedicamos a preparar el equipaje y comprar comida para todo el itinerario, ya que íbamos a una zona bastante cara y nuestro presupuesto en cada viaje es limitado (todo lo que puedas ahorrar en un viaje te permitirá hacer otro o estar más días en los destinos elegidos). Por la tarde nos echamos la siesta para poder salir sobre la media noche.

Esa misma noche nos pusimos en marcha dirección “á la France”. Mientras uno conducía el otro dormía, y así hasta que cruzamos la frontera a eso de las 08:00 de la mañana y paramos a desayunar en un pueblito de Francia que ese día tenían una paellada popular.

El primer lugar en el que teníamos pensado parar era en Céret, muy cerca de la frontera con España. El punto más destacable es su «Puente del Diablo», que llegó a ser el puente con el mayor arco del mundo cuando se construyó, en el año 1.341. Para encontrarlo buscad en el GPS la «Place du Pont», ya que no es fácil de llegar hasta él (al menos por el lado del pueblo por el que nosotros llegamos).

 

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Puente del Diablo en Céret

De camino a Narbona nos encontramos con un cartel que indicaba Salses le Château, por lo que nos decidimos a entrar en el pueblo (de camino pasaréis por Perpignan, si no lo conocéis podéis hacer una breve parada). En su interior alberga la Fortaleza de Salses. Esta enorme fortaleza es la sede del museo de la ciudad. Nosotros sólo la visitamos por fuera, la entrada costaba 7,50€. Si sigues las indicaciones de la fortaleza llegaréis a un aparcamiento de pago, pero si lo rodeáis hacia la izquierda y luego giráis a la derecha llegaréis a la fortaleza donde podéis dejar el coche sin coste (y sin vigilancia) y está mucho más cerca que el aparcamiento de pago.

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Salses le Château

Seguimos nuestro camino hacia Narbona. Cuando lleguéis os recomendamos que hagáis un circuito a pie empezando desde el mercado y subiendo por la orilla derecha del río. Pasáis por la Vía Domita, la catedral y el canal y de nuevo volvéis por la orilla izquierda. Si pincháis más atrás, en Narbona, te dirige a la Oficina de Turismo de Narbonne, donde podéis descargaros el plano de la ciudad.

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Narbona

Nuestro objetivo final era llegar a Montpellier, pero en la ruta teníamos previsto dar un rodeo para ver el Circo de Navacelles, patrimonio de la humanidad. Se trata de un circo que ha sido creado a lo largo de 3 millones de años y que hoy en día es un gran desfiladero de 300 metros de profundidad. Desde la oficina de turismo de Navacelles se puede iniciar una ruta a pie de 12 kms para los más aventureros, sino desde la misma podremos disfrutas de unas vistas increíbles desde el mirador. Si seguimos con el coche podremos bajar al circo, donde se sitúa el pequeño pueblo de Navacelles. Es una carretera bastante empinada y muy estrecha, en muchos de los tramos sólo cabe un coche y hay que hacer maniobras para poder pasar.

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Circo de Navacelles

Una vez que llegamos a Montpellier fuimos directos al hotel para hacer el check in y dejar las cosas. Se trataba del Formule 1 de Montpellier Sud. Está a unos 8 kms del centro, tiene bastante aparcamiento y cuenta con aire acondicionado. Para el que no lo sepa los hoteles Formule 1 son de bajo coste y actualmente se sitúan en Francia (antes había por varios países). Se caracterizan por ser habitaciones cómodas y limpias pero con baño compartido.

Una vez dejadas las cosas nos fuimos a ver el centro de Montpellier, una ciudad que nos sorprendió por la majestuosidad de sus edificios y por la gran cantidad de mendigos que había en sus calles. No os podéis perder el acueducto, el palacio del agua y su majestuosa plaza. Se puede recorrer andando sin problema.

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Monpellier

Nota: en nuestro caso ya lo habíamos visitado pero si no lo conocéis no perdáis la oportunidad de visitar Nimes y el Pont du Gard.

Día 2 

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Ruta día 2: Montpellier-Marsella

Para aprovechar el día nos levantamos pronto y nos dirigimos al precioso pueblo de Aigües-Mortes, llamado así por ser zona pantanosa antes de la creación del mismo. Se trata de un pueblo de planta rectangular (es curioso ver el mapa) y totalmente amurallado. Según te vas acercando ves como se levanta su espléndida muralla ante tus ojos. Es recomendable ir a primera hora, ya que se llena de turistas con gran facilidad. Hay numerosos aparcamientos pero si vais pronto podéis aparcar en las calles residenciales un poco más alejadas. Una vez dentro de la muralla dejaros llevar por sus calles y descubrir sus rincones. Es una de las visitas imprescindibles.

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Plano de Aigües-Mortes. Fuente: www.la-provenza.es
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Aigües-Mortes
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Aigües-Mortes

Nuestra siguiente parada fue Arlés (podéis ver más en la entrada de Arlés, patrimonio romano) otra de las joyas de la corona de Francia. La ciudad es patrimonio de la humanidad, y es la segunda ciudad con más monumentos romanos después de Roma. Sin duda su teatro y su anfiteatro bien merece una visita. Arlés también es conocida porque en 1.888 se instaló Van Gogh y aquí realizó obras tan importantes como los girasoles.

En la oficina de turismo podéis adquirir un pase para todos los monumentos romanos que comprenden el patrimonio de la humanidad o sólo para dos. Nosotros, como íbamos con poco tiempo, compramos el pase de dos y elegimos el teatro y el anfiteatro romano.

Consultad los horarios, pero con la entrada al anfiteatro hay una visita guiada incluida en el precio (en inglés) muy interesante.

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Teatro romano de Arlés

De Arlés nos montamos de nuevo en el coche y nos fuimos hacia Aix-en-Provence. Sinceramente el pueblo no nos gustó nada, por lo que no os perdéis mucho si lo dejáis de lado. Es muy turístico, con muchos restaurantes y un par de calles monas, pero realmente no merece la pena.

Y ese tiempo que ibais a dedicar a Aix-en-Pronvece mejor invertirlo en Marsella, que realmente sí merece la pena. Marsella es la segunda ciudad más poblada de Francia y sin duda una ciudad con monumentos y calles preciosas. Podéis empezar a pasear por el puerto y meteros a callejear por la ciudad hasta llegar a su catedral, con una puesta de sol preciosa. Si sois amantes del buceo o el snorkel la zona de Les Calanques es ideal, aunque hay que caminar como unos 40 minutos desde que dejamos el coche o el autobús hasta la playa.

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Marsella
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Marsella

Hicimos noche en el Formule1 Marseille Aubagne, algo lejos y con pocos baños para tantas habitaciones.

Nota: este segundo día lo podéis dividir en 2 (1 día para Aigües – Mortes y Arlés y otro día para Marsella y Les Calanques.

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Mural en Marsella

Día 3 

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Ruta día 3: Marsella-Antibes

Hoy nos esperaba un día largo e intenso. Nuestra primera visita fue a Le Castellet, un pueblo medieval pintoresco pero no imprescindible. Hay un parking público por 3,5€ y sólo hay 3 aparcamientos gratuitos en la subida al pueblo.

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Le Castellet

Sin embargo Grimaud, nuestro siguiente punto en la ruta sí es bienvenida una visita y pasear por sus calles. En lo alto del pueblo se encuentran las ruinas de su castillo reconstruido y vuelto a destruir varias veces a lo largo de la historia, que se pueden visitar de manera gratuita y posee unas vistas magníficas de St. Tropez.

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Grimaud

Otro de los lugares que podéis dejar de largo e invertir ese tiempo en visitar otras ciudades es la playa de Le Dramont, lugar donde desembarcaron las tropas americanas que vinieron en ayuda de Francia durante la II Guerra Mundial. En memoria hay un fragmento del barco y una placa conmemorativa. Si vais sentido Cannes se encuentra en el lado derecho de la carretera y es fácil pasárselo, ya que no está indicado. Sin embargo los paisajes costeros que hay más adelante son dignos de la Costa Azul.

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Le Dramont
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Costa Azul

Seguimos hacia Cannes y aquí nos deslumbran los hoteles y coches de lujo, que te adelantan por todos lados y a lo que JC, que entiende de coches, dice: «cariño, ese coche cuesta más que dos casas nuestras juntas». Quitando la opulencia muchos conocerán Cannes por su famoso festival de cine. Desde la oficina de turismo hasta el teatro donde se celebra el festival hay un paseo de la fama con numerosas manos de artistas en cemento.

Más allá del glamour y el lujo Cannes esconde un bonito casco histórico de calles estrechas y unas vistas magníficas desde el barrio de Le Suquet, el más antiguo de la ciudad.

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JC con la mano de Stallone
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Cannes
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Cannes

Antibes, para terminar el día, sin duda otro de los imprescindibles de Francia. Sus calles enamoraron a Picasso, que incluso llegó a ser ciudadano de honor de la ciudad de Antibes. La verdad es que no nos extraña, sólo pasear por su muralla del siglo XVI se graba en la retina para siempre.

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Antibes
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Antibes

El tercer y el cuarto día de ruta hicimos noche en el Formule 1 de Fréjus ya que la zona era muy cara, pero sinceramente merece la pena gastar un poco más en dormir por la zona y evitar tantos kilómetros y por carretera bastante mala.

Y hasta aquí la primera parte de nuestro viaje,

¡Un abrazo!

AA y JC

 

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