Como habéis podido comprobar, en cuanto tenemos un rato libre aprovechamos para irnos a conocer nuevos lugares. En esta ocasión ha sido el turno de Tarragona, que hacía tiempo que queríamos visitar. A continuación os dejamos la ruta que hicimos:
Día 1:
– Viaje.
– Tarragona (lo que estaba abierto porque cuando llegamos iban a cerrar muchos sitios).
– Altafulla.
– Castillo de Tamarit.
– Cantera de El Mèdol.
– Acueducto de Les Ferreres.
– Noche en Cambrils.
Día 2: (provincia, era lunes y cierran los principales monumentos de Tarragona)
– Tivissa.
– Miravet.
– Tortosa.
– Amposta.
– Parque Natural del Ebro.
– Noche en Cambrils
Día 3:
– Tarragona.
– Valls.
– Montablanc.
– Santuario del Tallat.
– Vallbona de les Monges.
– Viajes de vuelta.
El primer día salimos temprano de Madrid para llegar «pronto» y poder aprovechar el día. No paró de llover en todo el viaje, menos mal que llegando a Lérida se calmó y salió el sol.
Cuando llegamos a Tarragona aparcamos a las afueras de la muralla y buscamos una oficina de turismo, donde nos hicimos con los horarios de los monumentos y compramos la entrada combinada de los lugares que forman el Patrimonio de la Humanidad. Cuesta 7,40€ pero merece la pena (incluye la muralla, el circo, el anfiteatro y el foro).
Ese día sólo nos dio tiempo a ver la muralla y el centro, así que como teníamos que volver cogimos de nuevo el coche y nos fuimos a los alrededores.
Mientras nos dirigíamos hacia el Castillo de Tamarit vimos al fondo un pueblo que parecía interesante. Entramos hasta el castillo pero como no se podía aparcar decidimos volver más tarde, así que nos fuimos al pueblo que habíamos visto que se llamaba Altafulla. Tiene un castillo pero es privado y sólo se puede ver por fuera.
Decidimos probar suerte de nuevo en el Castillo de Tamarit y en esta ocasión sí que pudimos dejar el coche. El castillo es privado y hacen eventos, pero andando un poco por los senderos se tiene unas bonitas vistas.
Muy cerquita, dirección al área de servicio de La Mora, al lado de la rotonda, se encuentra la cantera romana del Mèdol, un lugar increíble (también Patrimonio de la Humanidad) con entrada gratuita y que está escondido. Hay que dejar el coche en un camino de tierra y andar unos 8-10 minutos. Se trata de la cantera romana donde se extrajeron las piedras para los principales monumentos de la ciudad. Se sitúa muy cerca de la Vía Agusuta, lo que facilitó en su día el transporte de la piedra.
Para terminar el día fuimos hasta el acueducto de Les Ferreres (o Puente del Diablo), a unos 4 kms de Tarragona. Impresionante construcción romana (PHU) que también se puede visitar de manera gratuita, incluso pasar por encima. Hay que dejar el coche en el aparcamiento habilitado y andar unos 5 minutos.
Todos los días hicimos noche en el Hotel The Element, en Cambrils, con una oferta que cogimos es buscounchollo.com con media pensión.
El segundo día como era lunes y estaba prácticamente todo cerrado en Tarragona decidimos ponernos de nuevo al volante y visitar lugares que teníamos pendientes.
De camino vimos un pueblo a lo lejos que tenía buena pinta, y como no nos detiene nada nos acercamos. Se trataba de Tivissa, que sinceramente, es más bonita la vista general desde lejos.
Nuestro destino era Miravet, un pueblo a la orilla del Río Ebro que tiene unas vistas fantásticas. En el alto tiene un castillo que han ido restaurando, pero lo que más nos gustó es la imagen del río y el pueblo de fondo.
Más tarde fuimos a Tortosa, una ciudad que nos sorprendió mucho, tanto para bien como para mal. Para bien porque cuenta con importante patrimonio histórico-artístico, a la vez que bien conservado; y para mal porque en la oficina de turismo fueron bastante desagradables, además de que la chica que nos atendió apenas hablaba español (era catalana, no se si es que no hablaba o se hacía la tonta) y cuando dijimos que éramos de Madrid nos pusieron mala cara (como en otros tantos sitios, cosa que no entiendo porque a nosotros nos dan igual los nacionalismos, sino no iríamos a visitar y gastar allí dinero, ¿no?, es una cuestión de educación). Independientemente de eso nos gustó mucho la ciudad.
Cuando nos dirigíamos al Parque Natural del Ebro hicimos una parada en Amposta para conocer su famoso puente.
Ya en el Parque Natural del Ebro quisimos llegar hasta la desembocadura del río, hay como unos senderos con miradores en alto para poder observarlo pero no se puede llegar mucho más allá, aunque existe la posibilidad de tomar un barco que va hasta la entrada en el mar y vuelve. La zona para los amantes de las aves es espectacular, incluso hay observatorios habilitados.
El tercer día, y día de vuelta, madrugamos porque aún nos quedaba Tarragona y el viaje de vuelta con sus paradas.
En Tarragona vimos lo que no pudimos visitar anteriormente: el foro, el circo y el anfiteatro. Sin duda todos ellos merecen la pena, pero el circo y el anfiteatro especialmente.
Y hasta aquí lo que es Tarragona capital. Después de comer, ya de vuelta a casa paramos en Valls, que su principal interés es la judería y la iglesia romanogótica, pero si no tenéis mucho tiempo no merece la pena.
Continuamos hacia Montblanc, que nos gustó tanto (menos la mujer borde de la oficina de turismo, vaya racha en este viaje, jeje) que queremos hacer una entrada especial. Actualizado: nuestra visita aquí.
La última parada fue una ojeada rápida Vallbona de les Monges (Lérida), ya que se nos había hecho tarde y sólo pudimos dar un paseo por el pueblo.
Esperamos que os haya gustado e inspirado para futuras escapadas. Como siempre decimos hay que visitar todo al menos una vez en la vida (aunque sea imposible), pero no nos olvidemos de nuestro patrimonio nacional 😉
Un abrazo,
AA y JC
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