En esta ocasión nos decidimos a elegir Suecia «por obligación». JC tuvo que ir a trabajar a una conocida marca sueca automovilística y como no perdemos de escaparnos a donde sea, nos fuimos unos días antes.
No recomendamos visitar Suecia en invierno, ya que la mayoría de las atracciones están cerradas, por lo que no pudimos disfrutar de muchas de ellas.
Volamos a Gotemburgo vía Bruselas. Sólo tuvimos una hora para hacer la escala, pero no hubo problemas aunque sí corrimos un poco por precaución. Llevábamos tiempo pensando que cuando llegáramos a Suecia íbamos a «flipar» con el frío y con las calles llenas de nieve (como cuando estuvimos en Estocolmo), pero para nuestra sorpresa no había nada de nieve, las temperaturas eran cálidas para ser invierno en Suecia (entre 2 y 5 grados) y anochecía cerca de las 4 de la tarde. Esta parte fue la positiva, la negativa es que había una niebla cerrada tremenda que no nos dejaba ver más allá de 2-3 metros.
Tras coger el coche de alquiler y ponernos en marcha (aún con la horrible niebla), nos dirigimos hacia Varberg. A unos 10 kms de la ciudad se encuentra la estación de radio de Grimentong, Patrimonio de la Humanidad. Debido a que había mucha niebla apenas pudimos ver las antenas. Esta estación de radio formó parte de la red transatlántica de comunicaciones de entreguerras y en la actualidad es la única estación de radio de onda larga que sobrevive.
En coche se llega sin problema siguiendo las indicaciones. En invierno el museo sólo abre una vez al mes, pero aunque esté cerrado puedes hacer la ruta exterior con carteles informativos y ver las torres.
El pueblo de Varberg también merece la pena visitarlo, ya que cuenta con una fortaleza medieval por la que puedes pasear y con una casa de baños de estilo morisco situada en unos pilares sobre el mar.
Continuamos hacía Malmö, donde dormiríamos dos noches en el Scandic St. Jörgen.
En nuestro segundo día en Suecia seguíamos sin ver la nieve, así que perdimos la esperanza 🙁
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Fuimos hasta Trelleborg a ver la fortaleza circular vikinga (casi en su totalidad reconstruida) que fue encontrada en 1988. Sin duda muy interesante y diferente a lo que habíamos vista anteriormente. La visita es libre y gratuita.
De camino a Lund encontramos este molino que nos encantó:
Fuimos hasta Lund, que nos pareció una ciudad muy interesante. Habíamos leído en la guía de Lonely Planet que merecía la pena y aparte nos lo recomendó un amigo que ha vivido en Suecia.
Podéis ver Lund, uno de los pueblos más bonitos de Suecia.
La tarde la dedicamos a ver Malmö. Lo malo de Suecia en invierno es que anochece muy pronto, por lo que se nos hizo de noche en seguida.
Malmö está muy bien conectado con Dinamarca a través del túnel que lo une con Copenague y con Gotemburgo en autovía, por lo que es muy fácil llegar.
Malmö no es gran cosa pero tiene cosillas que merecen la pena, nuestro lugar favorito fue la pequeña plaza de Lilla Torg, con sus casitas bajas típicas de la zona. De la ciudad también destaca su fortaleza y el Turning Torso, el edificio más alto de Suecia que es obra del arquitecto español Calatrava.
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Tras pasar dos días por el sur volvimos hacia Gotemburgo. De camino nuestra primera parada fue en Helsinborg. Esta ciudad se caracteriza por su fortaleza en lo alto de la ciudad, y no es de extrañar, ya que se encuentra a tan sólo 4 km de Dinamarca y ha sido zona caliente de invasiones y conflictos durante muchos siglos.
Seguimos de camino a Gotemburgo y nos dirigimos a la Península de Kulla, muy bonita con sus casitas de pescadores pero desértica en esta época del año.
Teníamos que devolver el coche que habíamos alquilado en el aeropuerto. Hay que tener cuidado al cruzar la ciudad a ciertas horas porque tendréis que pagar un impuesto de contaminación debido al tráfico.
Desde el aeropuerto es muy fácil ir a la ciudad. Cada poco tiempo hay un autobús que nos deja en el centro de Gotemburgo y cuesta 19€ ida y vuelta. Se puede comprar el billete en unas máquinas que hay dentro de la terminal o al mismo conductor del bus. En el interior del bus hay wifi gratuito. Tarda en llegar al centro unos 20 minutos.
Pasamos dos noches en el First Hotel de Gotemburgo, que se encuentra dentro de la estación de tren Nils Ericson Terminalen.
El último día y medio lo pasamos en Gotemburgo. Mientras JC trabajaba AA se dedicó a recorrer la ciudad. En un principio había pensado en comprar la «Goteborg Pass», muy interesante porque incluye muchas entradas a museos y todo el transporte público, pero tras revisar las entradas disponibles en invierno no lo compró, ya que estaba todo cerrado, incluido el Parque de Atracciones Liseberg, que tiene muy buena pinta, pero sólo abre en verano y navidad. No te puedes perder el barrio de Haga, las calles son preciosas.
En este caso, mapa en mano, lo mejor es patear la ciudad. Con un día (como os comentamos, en invierno) tenéis más que suficiente para visitar la ciudad.
El último día quedamos directamente en el aeropuerto, ya que JC iba desde el trabajo y AA desde el centro. El bus de vuelta se coge dentro de la Nils Ericson Terminalen, en el zona de los autobuses (la terminal se divide en dos, de trenes y de autobuses). En las pantallas puedes ver a qué hora sale el siguiente bus y la dársena en la que se situará. También aquí dispones de una máquina para comprar el billete.
¿Qué os ha parecido?
Un abrazo, AA y JC.