Como sabéis, la familia de Jc es de Zamora de la zona de la Carballeda muy cerca de Sanabria y una de los viajes que tenía pendiente era subir a la presa de Vega de Tera, más conocida como la Presa Rota por la catástrofe que ocurrió en 1959. Así que nos pusimos las zapatillas y planeamos la visita.
Un poco de historia:
En la madrugada del 9 de enero de 1959, tras pocos meses de su construcción y siendo la primera vez que llegaba a su máxima capacidad, la presa de Vega de Tera no aguantó y colapsó creando una avalancha de 8.000.000 m3 de agua que bajó por el cañon del río Tera alcanzando a la población de Ribadelago situada a la orilla del Lago de Sanabria. Las consecuencias fueron 144 fallecidos o desaparecidos (muchos cuerpos no pudieron recuperarse del lago de Sanabria), familias enteras destrozadas, la creación del pueblo de Ribadelago de Franco para acoger a las familias (rodeado de críticas), promesas incumplidas de reparto de ayuda y la opacidad de la administración en cuanto al por qué de la rotura de la presa (muchos testigos de la construcción lo achacan a los malos materiales usados y a la dejadez de la empresa que construyó la presa, Moncabril, hoy desaparecida). El libro «Tragedia de Vega de Tera» de José A. García Díez explica toda la catástrofe, desde datos de construcción de la presa hasta entrevistas con supervivientes. Lo puedes encontrar aquí
A día de hoy hay varias opciones para llegar hasta la Presa Rota, nosotros nos decidimos por subir desde el antiguo pueblo de Moncabril, donde se albergaba a los trabajadores de la zona, hacia el pico del Fraile por donde antiguamente discurría una plataforma que subía materiales y personas y una vez arriba usar los caminos y pistas forestales para moverse por la zona de las infrestructuras hidroeléctricas.
La subida hasta el pico del Fraile es bastante dura por su desnivel (600 m) y su longitud (3,5 km), pero a primera hora de la mañana todavía estábamos frescos.
Una vez arriba hay que caminar todavía otros 12 kilómetros hasta llegar a nuestro destino, se pasa por diferentes zonas de toma de agua para fines hidroeléctricos, así como fincas ganaderas. Nosotros nos encontramos con una manada de caballos:
Después de andar seis horas, llegamos cerca de nuestro destino pudiendo contemplar el estado actual de la presa. No pudimos llegar más allá dado que no teníamos tiempo suficiente para volver con luz.
La vuelta fue muy dura, todo el día expuestos al sol porque no hay árboles en el camino. Uno de los refugios de montaña nos dió un respiro y pudimos descansar unos minutos a la sombra. Tampoca había agua, pero en ese sentido habíamos sido previsores y llevábamos 4 litros cada uno y no nos sobró nada.
En resumen, una ruta muy dura por la duración (estuvimos andando 12 horas), el desnivel y la falta de sombra pero que mereció la pena por ver un trozo de historia que Jc concocía desde pequeño pero que nunca había tenido oportunidad de ver en persona.
Muy buena entrada, tiene que ser muy bonito e impresionante pero creo que la ruta no es apta para los que no estamos entrenados